Con el paso de los años. La elaboración de los productos. Hoy día, se sabe que parte del futuro de la industria plástica depende del azúcar de las plantas. Esto implicaría que los plásticos no sostenibles hechos con petróleo tendrían los días contados.
Alternativas al petróleo en la fabricación de plásticos.
El gran reto para el futuro de la industria plástica era encontrar una alternativa capaz de sustituir la toxicidad del petróleo por una materia prima mucho más ecológica. Estudios recientes han encontrado propiedades más sostenibles para la fabricación de plásticos en los polímeros extraídos de los azúcares de las plantas.
Por el momento, estos productos ecológicos no son 100% biodegradables, pero sí mucho menos contaminantes y respetuosos con el medio ambiente. Si a esto le añadimos una vida útil superior a los plásticos en su valor para la industria se multiplica. Estos nuevos materiales ya se conocen como plásticos PEF (furanoato de polietileno) en contraposición a los plásticos PET (polietilén tereftalato) extraídos concretamente de derivados del petróleo.
Otro punto a favor de este descubrimiento es, afortunadamente, las fuentes para obtener este nuevo plástico PEF son mucho más abundantes que el petróleo. Por lo tanto, esta materia prima sería mucho más barata de producir. Un ejemplo de estas fuentes de obtención para la fabricación de plásticos es la planta del maíz. Su tratamiento para la creación de productos plásticos consume menos energía y llega a un contaminar menos que el petróleo.
El desafío para el futuro de la industria plástica
Estos policarbonatos alternativos se basan en azúcares y dióxido de carbono, así como en la elaboración de lentes para gafas, así como pantallas y protectores de arañazos para teléfonos móviles, CD y DVD. Asimismo, este nuevo ecoplástico es biocomplatible por lo que podría ser también utilizado dentro del sector de la medicina e implantes.
El retoque está ahora en comprar plásticos 100% biodegradables a partir de las plantas. Estaremos entonces ante una verdadera revolución que afectará directamente al uso y reciclaje de los plásticos. Sobre todo, en el tratamiento de los envases para los alimentos. El uso de las plantas.
De hecho, hoy día, ya está probando la fabricación de productos químicos con azúcar y dióxido de carbono como biodegradables. El trabajo verdadero consiste ahora en estudiar el grado de la contaminación que en este nuevo material con respecto a las mares y su contacto con las especies marinas.
Ahora solo queda demostrar que este nuevo policarbonato puede llegar a ser nuevamente biodegradado en azúcar y dióxido de carbono gracias a las enzimas de las bacterias en el suelo. El futuro de la industria plástica depende de todas estas investigaciones que se lograrán, por fin, en un futuro más sostenible, seguro para la salud humana y respetuoso con nuestro entorno.