En la industria química se utilizan todo tipo de materiales peligrosos y contaminantes para la fabricación de materiales y compuestos. Algunos son inflamables e incluso explosivos y muchos son altamente tóxicos. Varios pueden incluso provocar enfermedades a los humanos y los animales si se permanece mucho tiempo expuesto a ellos. Y prácticamente todos ocasionan un gran impacto negativo en el medio ambiente. Por lo tanto, la industria ha de tomar medidas para, en la medida de lo posible, reducir el impacto medioambiental de los mismos.
La mayoría de las empresas que pertenecen a este tipo de industria llevan tiempo trabajando para reducir el impacto medioambiental de los componentes que utilizan. Pero también de sus residuos. Como consecuencia, la contaminación de las aguas que rodean a las fábricas de la industria química se ha visto reducida drásticamente en los últimos tiempos. También la del aire. No obstante, queda mucho por hacer en este terreno. Las empresas no tienen que bajar la guardia y deben innovar para conseguir el menor impacto medioambiental posible.
El tratamiento de las aguas, clave para reducir el impacto medioambiental
La industria química utiliza gran cantidad de agua en la fabricación de sus productos. Ya sea para la fabricación de productos propiamente dicha, como para su lavado o enfriamiento cuando están listos. Y con frecuencia, queda contaminada después de su uso. Por lo tanto, verterla después a ríos o acuíferos, y más sin tratarla, genera un elevado impacto medioambiental negativo. Por ello la industria química trabaja en su depuración, y también en su reutilización, de manera que las aguas residuales que quedan tras un procedimiento puedan emplearse en otro.
Así se consigue no sólo reducir la cantidad de agua que se gasta, sino también eliminar su contaminación. El agua utilizada en los procesos de la industria química también puede reciclarse y utilizarse de nuevo para un mismo procedimiento. Esto es muy frecuente, por ejemplo, en las torres de enfriamiento de componentes.
Los residuos sólidos y gaseosos, siempre controlados
Los restos procedentes de la fabricación de productos químicos implican muchas veces riesgos biológicos, además de para la salud. Entre ellos hay amoniaco y diversos óxidos, como los de azufre y nitrógeno, que son perjudiciales. También pueden ser radioactivos, por lo que hay que tratarlos adecuadamente para reducir el impacto medioambiental que pueden tener. La industria química ha de tener en cuenta no pocos puntos para eliminarlos correctamente. Para empezar, han integrado en sus fábricas las instalaciones apropiadas para tratar y eliminar los que sean peligrosos o radioactivos. Y en caso de ser necesario, para su almacenado. Ni que decir tiene que este tipo de residuos debe tratarse siempre según las normas establecidas por el país en el que está la empresa.
Las sustancias residuales que se emiten al exterior en forma de gases merecen especial atención. Muchas son altamente contaminantes, y si no se tratan de manera adecuada pueden reducir de manera notable la calidad del aire. Para evitarlo, la industria química tiene que instalar mecanismos para reducir las emisiones. Entre ellos, sistemas de quemado e incineración de residuos, lavadores de gases o mecanismos de absorción. En cualquier caso, siempre hay que respetar las normas en cuanto a emisiones vigentes.
La prevención también es importante de cara a evitar escapes que puedan afectar al medio ambiente y/o a la salud. También los efectos de fallos y explosiones. Para ello hay que tomar diversas medidas, entre las que está la protección contra incendios de las paredes de las estancias en las que se trabaja. Y siempre hay que controlar el impacto que las fábricas de productos químicos tienen en el medio que rodea a las instalaciones de las fábricas. Tanto en las zonas cercanas como en las que se encuentran ya a cierta distancia. Para ello han de recogerse diversas muestras y contar con las instalaciones adecuadas, como laboratorios, para analizarlas.
El ruido también tiene impacto en el medio ambiente
El funcionamiento propio de las fábricas de la industria química puede ocasionar bastante ruido en sus alrededores si no se toman las medidas adecuadas. La maquinaria con la que hay que trabajar, así como los procesos que en muchos casos intervienen en la fabricación de componentes y productos, no son precisamente silenciosos. Es las fábricas de productos químicos, el ruido vienen de muchas fuentes: compresores, hornos, chimeneas, tuberías, válvulas de escape, etc.
La industria química también ha dado numerosos pasos para reducir sus emisiones de ruido. Para ello, muchas de sus fábricas están dotadas de sistemas de aislamiento acústico avanzados. Además, en muchos casos han ido sustituyendo paulatinamente sus equipos por otros que hacen mucho menos ruido. De esta manera se consigue reducir significativamente los ruidos en el exterior de las fábricas.